¡Ah!

¡Ahhh!

Estoy en deuda, te debo más que todo, más que todo el oro acumulado dentro de cualquier tesoro.

Me diste vida cuando no lo merecí, todo lo que soy ahora es gracias a ti.

Tuviste fe, aun cuando los doctores no te daban esperanza.

Querías ese bebé y humilde suplicaste con confianza.

Me regalaste nueve meses de matriz, luego vi la luz sin dejar en tu cuerpo cicatriz.

Me amabas sin haberme concebido Y sin haber nacido ya era el nene más querido Me diste un apellido Y con tus brazos me tejiste el más extraordinario nido Cuidaste de mis sueños con ternura pura Eliminaste el miedo de mi habitación oscura Tu amor interminable en esta vida y más allá Te llevo para siempre aquí conmigo, mamá

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Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá.

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Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá Siempre tu boca con consejo sabio Consuelo dulce cuando atravesaba mi calvario El refrigerador a tope con lo necesario Producto del sudor que derramabas diario Los platos en la mesa, siempre tuviste fuerza Por ti misma los pasos encontraron la reversa Me rescataste de aquel fango espeso

Me diste libertad tan solo con un beso, mi padre y su deceso, lloraste tan callada, pero a pesar del tiempo sé que sigues tan enamorada.

Lo dice tu mirada si me cuentas del pasado, vivo para pagarte un poco de lo que me has dado.

Tantos años de sacrificio por hacerme hombre de bien, madre y mujer sí, pero te adoro por guerrera también y por dejarme ser una pequeña parte de todo tu ser.

¡San Alex Ayváñez, es por ti!

Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá.

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Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá, todo lo que soy.

Chau.

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Amén.

Suero, suero.

Chao.

Saira

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Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá.

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Todo te lo debo a ti mamá, a ti mamá.