Es mi prisión.
Que maduro y todo esfumo.
No ha cambiado, estoy cansado de fingir sin fin.
Mas tu entraste cual brillo en la oscuridad.
Emociones que nunca sentí.
¿Qué hay de ti o de mi? una farsa, un horror.
Soy aquel que creyó, ciego en tu tentación.
En alto estás, en soledad no puedes aguantar.
No tengo voz, ni elección.
De oro es mi prisión.