En el nombre de José y en el nombre de María, en el nombre de María y en el nombre de José.

antes que levante el día de cantar el bucapié, de cantar el bucapié, antes que levante el día.

Ave María, pero ave, de tan alta verangia, de tan alta verangia, ave María, pero ave,

Dios te salve, Dios te salve, Dios te salve, Ave María.

Ave María, pero ave.

de tan alta veranjilla.

Su canto en el aire queda y se arregla el corazón, y se arregla el corazón.

Su canto en el aire queda cuando jaranea su son.

Salvador en negro queda, Salvador en negro queda cuando jaranea su son.

Yo enamoré a una preñada por ver qué cosa sentía, por ver qué cosa sentía, yo enamoré a una preñada.

Allá por la madrugada, muy clarito me decía, Bajatín fue la chingada que me está matando la cría.

Cuando asumió en la tarima, zapatio como ninguno, de la tabla brotó el humo, si hasta el puero se me enchina, se conjugaba hasta el rima.

que nunca se vio jamás, su repique teotanás, y era como en el golpe, hueva en la barbuca a pie, y el mismito Satanás, hueva en la barbuca a pie, y el mismito Satanás.

Se me sentaba en las piernas y me empezaba a morder.

Todavía traigo una seña si quieren vengan a ver.

El canto de mi instrumento es por demás moderado, no se hace por estudiado, lo toco porque lo siento, tiene ritmo y sentimiento, y siempre lo hago con pena, más cuando el rejinto suena y replica el día en el sol, nace la improvisación.

y el canto de la morena nace en la improvisación y el canto de la morena

y me despido cantando porque así debe de ser porque así debe de ser ya me despido contando

Ahora que estamos gozando de este rato de placer, porque quién sabe hasta cuándo nos volveremos a ver.

Porque quién sabe hasta cuándo nos volveremos a ver.

Ya me voy a retirar con mi guitarra en la mano, si hasta la palma del llano se tiene que marchitar.

Aquí se acabó el cantar y me voy por propio pie, le diré que le diré que ya no quiero vivir, que si me llego a morir.

Me reza en el bucapié, que si me llego a morir me reza en el bucapié.