Aturdido y abrumado
por la duda de los celos,
se ve triste en la cantina
a un bohemio ya sin fe.
Con los nervios destrozados,
y llorando sin remedio
como un loco atormentado
por la ingrata que se fue.
Se ve siempre acompañado
del mejor de los amigos,
que le acompaña y le dice:
"ya está bueno de licor".
Nada remedia con llanto,
nada remedia con vino:
al contrario, la recuerda
mucho más su corazón.
Una noche, como un loco,
mordió la copa de vino,
y le hizo un cortante filo
que su boca destrozó.
Y la sangre que brotaba
confundiose con el vino,
y en la cantina este grito
a todos estremeció:
"No te apures compañero
si me destrozo la boca,
no te apures que es que quiero,
con el filo de esta copa,
borrar la huella de un beso
traicionero que me dio."
"Mozo, sírveme la copa rota,
sírveme que me destroza
esta fiebre de obsesió³n.
Mozo, sírvame en la copa rota,
quiero sangrar gota a gota
el veneno de su amor."
"Mozo, sírveme en la copa rota,
sírveme que me destroza
esta fiebre de obsesión.
Mozo, sírveme en la copa copa rota,
quiero sangrar gota a gota