Tengo el corazón en carne viva, sufro por amor en cada quina

Suena una canción que no termina, para este dolor no hay medicina.

poniendo no encuentro la rima, llorando pienso en lo que se avecina, sin tu calor y el frío siempre será y algo mío, mío, tu pelo.

tu risa, tu boca, tus manos, pensante de mi desconsuelo.

Llorando te extraño Anoche soñé contigo, soñaba que

te tenía en mi brazo hay como un cuento si te quedabas dormía

Despertaste con un beso diciendo que me querías.

Tu pelo, tu risa, tu boca, tus manos.

Con suerte de mi desconsuelo Pasó noche y día llorando Extraño el silencio, la magia del sueño

Todos velando el secreto, provocan en llamada de fuego.

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Como caen en llamas del fuego, que visionen tu labio.

Si aún no puedo más mirar al cielo, sin poder dormirme de velo.

que amarga son las madrugadas, que vacía se siente mi cama,

Se fue el sol de cada mañana, por la impotencia me pueden las ganas, por mi interior un ruido suena y ella voz se pido.

Pío, tu pelo, tu risa, tu boca, tu mano, santa de mi desconsuelo.

Llorando te extraño Anoche soñé contigo, soñaba que

Te tenía en mi brazo y como un cuento, tú te quedabas dormida.

Despertaste con un beso diciendo que me querías.

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Pasó noche y día llorando, detrás de un silencio la magia del sueño.

Los dos develando el secreto, provocan en llamas de fuego

Tensión en tus labios, tu pelo, tu lisa, tu boca, tus manos.

Desde mi desconsuelo, pasó noche y día llorando, extraño el silencio, la magia del sueño, el pecado, lo toque velando al secreto.

provocan en llamar al fuego que son en tus labios.

Tanto momento vivido, tantas noches de locura.

y me llevo grabada, tan dentro del alma mía, la rosa de mi sueño, la rosa de...

¡Mi alegría!

Cállate de mi desconsuelo, paso noche y día llorando, te extraño el silencio, la mar y el sueño.

Todos mirando al secreto, tocando en llamas al fuego.

Que ilusión en tu labio, tu pelo, tu boca, tu mano.

Con santé de mí, de consuelo, paso noche y día llorando, extraño silencio, la mar lleva el sueño recao, los dos desvelando el secreto.

Abocan en llamas del fuego, que fusionen tus labios.

pero yo quise tu boca tu mano, causarte de mi desconsuelo

Pasó la noche y día llorando, extraño silencio, la maya del sueño.