Sin ti, voy a aprender a vivir. Sin ti, porque ya no me sé ver.

Seguir aquí, aunque aún te ame. Me marcharé, me quedaré, sin ti.

Sin ti, voy a aprender a vivir. Sin ti, porque ya no me sé ver.

Seguir aquí, aunque aún te ame. Me marcharé, me quedaré, sin ti.

Si tú pensabas que si me dejabas me hundiría, tal vez hoy sí.

Pero mañana será otro día. Mientras tanto, admito que duele.

Y es la causa que me quita el sueño y me desvele.

Pensando cada noche por qué llegamos a esto.

Porque si me querías dejar, estabas buscando un pretexto.

Admito que me equivoqué, sí, al principio.

Pero luché por ti y hoy tengo mi expediente limpio.

No tenía razón ni motivo, pero esos celos impulsivos solo te hacen pensar negativo.

Por ejemplo, ¿para qué me perdonaste si me ibas a seguir echando en cara el pasado todo el tiempo?

Yo también me enojo y me quejo, no exagero.

¿Crees que te voy a engañar hasta con tu reflejo?

Lo siento, pero estoy cansado de ver que aunque luche todo dejas atrás, menos el pasado.

Sin ti, voy a aprender a vivir.

Sin ti, porque ya no me hace bien.

Seguir aquí, aunque aún te ame.

Me marcharé, me quedaré.

Sin ti, sin ti.

Para ti tú siempre tienes la razón.

Y yo estoy mal cuando empieza una discusión.

Ya me acostumbré a tus peleas.

Dime qué planeas, es obvio que se apagó tu lumbre.

No me digas que aún sientes amor, que no lo veo.

¿Imaginas que voy a engañarte si me volteo?

Entonces dime por qué no me dejas.

Pero dímelo a la cara y te aseguro que ya no tendrás más quejas.

Ya que por todo me reclamas, luego te arrepientes y dices que me amas.

Ya no sirven las palabras que me convencían.

Ni los chantajes ni gritos que este tonto te permitía.

En fin, ya me da igual.

Cuéntales a tus amigas que te terminé.

Ya es me quedar mal que a tu mente no creo que le engañes.

Tus celos tuvieron la culpa, dile cuando me extrañes.

Sin ti, voy a aprender a vivir.

Sin ti, porque ya no me hace bien.

Seguir aquí, aunque aún te ame.

Me marcharé, me quedaré.

Sin ti.

Sin ti.

Sin ti.

Sin ti.

Sin ti.