Crecimos inventando 
historias al revés 
rompiendo una muñeca 
para saber qué es 
o robando monedas 
en mesas de café. 
Fuimos los patitos feos 
por casualidad . 
Nacimos diferentes 
a todos los demás. 
Fuimos al colegio 
había que aprender. 
Maestras, viejas brujas 
con olor a papel 
trataron de enseñarnos 
la importancia del tres 
la vida de algún prócer 
peleando sin parar 
o cómo se acentuaba 
la palabra papá. 
Mientras nuestros ojos 
soñaban con el mar 
Seguimos estudiando. 
aún sin comprender 
por qué nos explicaban 
que amar no estaba bien 
que el sexo era basura 
para personas puras. 
Nuestras mentes ardían 
sin saber por qué. 
Y así fuimos creciendo 
hasta los dieciséis. 
Bailamos con los Beatles 
cantamos Yesterday. 
Aprendimos un oficio 
para poder comer. 
De profesión artistas 
de sótanos concert. 
Un piano con diez sillas 
muy poco que ofrecer. 
Una canción tristona 
o alegre al empezar. 
¡Que tengan buenas noches. 
El show va a comenzar! 
Contábamos asuntos 
de nuestra realidad. 
Vestuarios muy baratos 
de poca calidad. 
Corrientes era un sueño. 
Quién iba a imaginar 
que los patitos feos 
podíamos llegar 
a grandes escenarios 
letreros de neón 
y un empresario chanta 
pidiéndonos perdón 
Y fue pasando el tiempo 
qué vamos a contar 
ausencias, desencuentros 
otros patitos muertos 
soñando tantos sueños 
viajando a la deriva 
el hambre, la tristeza 
la pena, la sorpresa 
de ver que en otras tierras 
lejanas geografías 
ser libre no era raro 
y que un pobre patito 
podía ser amado. 
Los patitos lindos 
se fueron a bañar 
y los más chiquititos 
nos quisimos quedar. 
Los patos más grandes 
nos quisieron pegar 
y, por ser distintos 
por necesidad 
nos hicimos cisnes 
para poder volar.