Muy buena sed, en cada amanecer, joder, con el poder del humo mi garganta vas cocer,
el día de mañana se parecerá al de ayer, si la emoción de alguna sucia y su hambre
de poder, las tres y doce o las doce y tres, no sé, los altavoces rapeando mal por toser,
las voces de los vecinos chicos, calla ya, hay luces que solo yo veo y dicen tú no calles
Juan, yonkis en plazas, en parques y avenidas, algo común como las pérdidas de orina, vivo
Madrid y polvo de cristal en los vasos, guapas y jóvenes, embarazadas por payasos, jóvenes
brasileños masturbando a vuelos en sol, niñas con viejos en la búsqueda de algún fotocall,
chavales con capuchas, trenes, olor a aerosol, guardas juradas con perros que se creen que
son la Interpol, madres objetos abrigadas con bisones, antiguos fachas justificando
a borbones, empresarios silenciando a senadores despotas, abuelas en los bancos en busca de
anécdotas, ciudad de las luces de enemigos y de hermanos de filetudos por defecto con
los castellanos, padres celosos son puteros libertinos, donde farlo pero se recome en
labios leporinos, apaga el televisor, yeh
Misiles caen y todos sabemos donde, pero miramos más allá y nos relajamos la ignorancia es
un cáncer, nos inmunizan al amor con la visión distorsionada de la televisión por
cable, reunimos información a través de concursos de baile, pero no bailamos, tenemos
las mejores entradas a este espectáculo y las calgeamos por recortables, se vacían
las calles de protestas, se llenan los escaparates, adolescentes con hambre cortejan a sus existencias
con planes de un futuro improbable, se golpean sus esperanzas contra los cristales y rezan
a internet pronunciando frases que no son suyas sino de las multinacionales, revolución
en el alma, revolución en el parque, levántate y acariche el aire, lo notas el fin está
cerca es grave, sus gobernantes deberían empezar a temblar, satanás les vendrá a
buscar más tarde, sintonicemos el canal exacto, encontremos la variación de este acto, este
teatro trucado ha venido ejecutándose con precisión matemática desde hace más tiempo
del que puede ser recordado, el verdadero temor del sistema es sencillo, nos lleva a
engaños, reside en la capacidad de amar y pensar del ser humano, de las galaxias por
descubrir más allá del banco y de la cola del supermercado, devora el televisor.