Así arrancamos, se llama una pura y dos con San Diego Fierro recordándote, vámonos.

Me siento que me vas a abandonar ¿Cómo dice?

Que de Navidad

Que yate a yate es otro amor más principal, siempre importa una pura y dos con sal.

Cuando te vayas por mí me digas adiós, como si nada hubiera habido entre los dos.

Que tenga suerte con tu fulano de tal, que a mí me importa una pura y dos con sal.

Pues de una vez, porque la gana es tu camino, no tengas miedo y aprovecha tu destino.

¡Felonía!

Qué bárbaro, muchachos.

No hay pedo.

Que no nos haya dejado ningún micrófono en el rémico, hijo de la chinga.

Pasó de ver...

Venga a la pantalla.

Estamos en Confianto.

Estamos aquí en la fiesta de las cabras, ¿o no, carnal?

Sí, carnalito.

Y ya no hagas polvo Que me vas a abandonar

Si me importa una pura y dos con sal.

Una pura idad, Gonzalo, y lo que te falta es la falda, chavalita.

¡Prendela, prendela!

Andas diciendo que me vas a abandonar

Que en la vida te dispones a gozar, que ya te hallaste otro amor más principal.

A mí me importará, puedo descansar.

Cuando te vayas, vos ni me digas adiós, como si nada hubiera habido entre los dos.

Que tenga suerte con tu fulano de tal.

Si a mí me gusta una pura y dos con sal.

Pues yo la veo porque me agarra su camino.

No tengas miedo y aprovecha tu destino, pero guía.

¿Qué más nos traemos, compadre, la Sinalvenzona?

¡Échale otro platillazo, güero!

Oye, bueno, si ya lo pagamos, dale, dale machín, compadre, no hay pedo, dale machín.

Pero se me hace que la gente de Esquinapa está cansada, viejo.

Sí, ¿verdad?

¡Ya se cansaron!

Ahí viene el Remy con toda la artillería de sus éxitos.

Las dejó bien cansadas el Julio.

Ah, no, no vino.

No, el vato está jodido.

No, me respeto.

Fue su pinche pedona, la verdad.

No, mentira, mentira.

No, sí se cayó el güey en culero, la neta.

Sí, camarada del güey.

¿En quién nos quedamos?

Ya no hagas polvo.

Y empecé a besarte los labios y hacerte caricia y después un botón.

Nos quitamos la ropa en segundos y entre mariposas y flores hermosas.

Ahora dices que ya no te acuerdas, que no me conoces, no sabes quién soy.

Pues yo soy tu maestro chiquita, aquel que en el campo tenía su escuelita y a Marte enseñó.

¡El grito de las mujeres!

¡Salud!

El sol ya estaba cayendo Cuando me diste tu cuerpo Cuando me diste tus besos Cuando me diste tu amor Ahora ya no te acuerdas

Se te borró de la mente que en este paso tan verde la ropa nos estorbó.

Y empecé a besarte los labios y hacerte caricias después un botón.

Nos quitamos la ropa en segundos entre mariposas y flores hermosas.

Ahora dices que ya no te acuerdas, que no me conoces, no sabes quién soy

Pues yo soy tu maestro chiquita, aquel que en el campo tenía su escuelita, y a Marte enseñó.

Y si se te olvida, amiga, véngase y hacemos la tarea.

Y empecé a besarte los labios y hacerte calicia después un botón.

Nos quitamos la ropa en segundos y entre mariposas y flores hermosas

Ahora dices que ya no te acuerdas, que no me conoces, no sabes quién soy

Pues yo soy tu maestro chiquita, aquel que en el campo tenía su esperita y amarte enseñó.