En la Hacienda de El Jaral
En 1920
Al entrar a un coliadero
Se mató un hombre valiente
Miguel era un coleador
Sostenía que era buen gallo
Pero al accionar al toro
Se le destanteó el caballo
Le echaron al toro corriendo
Miguel lo siguió con ansias
Pero no se imaginaba
Que era para su desgracia
¡Y que se oiga bonito mi Energía Norteña!
Ahí te va, Lupillo
Ja, ja, ja-ay
El caballo era tordillo
No se les vaya a olvidar
Lo arrastró quinientos metros
En un duro pedregal
Decía don José María
Señores, qué ha sucedido
Miren lo que está pasando
A consecuencia del vino
Ya murió Miguel Mancera
Ya se acabó su camino
Que por colear bien borracho
Una cruz le dio el destino