Escucha mi oración.

Por favor, escúchame oración.

Dime si esta vida es para mí.

He llorado y he sufrido tanto aquí.

Deja que mis ojos nunca lloren.

Que de riquezas vanas mis sentidos nunca se enamoren.

Permíteme llegar a la vejez.

Cuando muera déjame mirar a papa otra vez.

Nunca dejes que el orgullo alcance mi cabeza.

Déjame olvidar esa parte del pasado que me pesa.

Borra mis heridas para que no tropiece.

Haz que el sufrimiento en este mundo cese.

Acaba con el odio, destruye el armamento.

Regálale a los pobres techo y alimento.

Déjame sentirme libre como el viento.

Pon en cada niño una sonrisa.

Deja que el tiempo no corra tan a prisa.

Desaparece mis preguntas.

Permite que todas las razas convivamos juntas.

Deja que regrese la ilusión a mi corazón.

Te pido por favor, Dios, escucha mi oración.

Por favor, escúchame oración.

Dime si esta vida es para mí.

He llorado y he sufrido tanto aquí.

Por favor.

Escúchame oración, dime si esta vida es para mí.

No permitas que la soledad toque a mi puerta.

Enséñame a vivir en medio de una sociedad que no despierta.

Si existe un cielo, dime cómo llegar.

Si me estás escuchando Dios, dame una señal.

Dime si es aquí donde crecerán mis hijos.

Dime si es aquí donde el destino solo es un conjunto de acertijos.

Ya no quiero ver caer más.

Somos los olvidados, la sangre corre en nuestros barrios Mientras producimos los billetes de unos pocos millonarios

Nos venden vidas y estilos inalcanzables Armacenan arsenales Desde aviones a los pobres Lanzan caridades en costales

Danos más corazón, más amor.

Acaba con los cerdos, Jesús.

Suscita a nuestros muertos, manténnos siempre con los ojos bien abiertos.

Por favor, escucha mi oración.

Dime si esta vida es para mí, he logrado y he sufrido tanto aquí, por favor.

Escucha mi oración, dime si esta vida es para mí.

Los peorados ya sufrieron tanto aquí.

¡Oh, no!

¡Carnaval!

Dime si esta vida es para mí.

¡Ay, hola!

Es sufrida.

La voz del que padece, del que lucha día con día.

que soporta sin abrigo noches frías, la voz del que padece, del que lucha día con día,

que soporta sin abrigo noches frías, es la voz que padece del

Que lucha vía tu un día, que soporta sin abrigo noches frías.

Por sí.

Sí, mi oración.

Escucha mi corazón.

¡Oh!