Ándale, pues, compadre.
Vamos a seguir, oiga, por ahí.
Vamos a aventar nosotros también por ahí de lo que tenemos en el repertorio.
Se llama En Cada Vida y dice más o menos, oiga.
Y en cada vida hay un momento
que no se olvida jamás jamás.
Y tú, inocente de este cariño
Eres la dicha que de adorar.
Llegaste a mi alma como un lucero.
del alto cielo debí caer.
Y menulaste el pensamiento
De dicha incartolita mujer
No seas ingrata luz de mis ojos
Que en ella por siempre mi alma estará.
Y ni la muerte si ahora llegara
Este momento lo arrancará.
¿Y qué rollo, mija?
Somos la humildad.
Si puedes darme de tu cariño.
Lo más pequeño que existe en ti.
Una amigata como a un mentiroso
Seré dichoso, seré feliz.
No seas ingrata luz de mis ojos.
que ya por siempre mi alma estará.
Y ni la muerte si ahora llegará.
Este momento lo arrancará.
Con placer, mi primo.
Andrés, saludcita.