Con papá, si nos echamos un corrido a un perro, ¿cómo la ve, viejo?
Nos echamos viejo, pero qué sé, con la cruz de oro desde Culiacán, Sinaloa, y dice...
¡Se llama mi corrida, muchachos!
¡Gracias!
¿No?
Siempre yo quise escuchar un corrido que fuera como mi vida.
Que hablara de un vato que es muy buena gente y también es muy alegre.
le sobran agallas cuando lo lastima.
Al ser humilde y honrado el muchacho por eso mucho lo admira.
Es inteligente, bueno para el negocio, bueno para todo.
Cuida sus palabras.
Por eso es arriba.
El ganador parrandero contigo no se siente más ni menos.
Dicen que el dinero se hizo para gastar y al fin cuando muera nada va a llevar.
Que traigan la banda, me quiero enfiestar.
Toca mi corrido, que quiero pisear.
Y hay que tomar, compadre Miguel.
Ay, échale trago gordo a la botella, compadre Paco.
Poco a poco, como todo sufriendo, el nada lo detenía.
A veces cayó, pero se levantaba y al paso del tiempo dio frutos a su esfuerzo.
lo merecía
¡Alele!
¡Alele!
Siempre yo quise escuchar un correr que fuera como me viste.
Y hablar de un vato que es muy buena gente y también voy a leer
le sobran agallas cuando lo lastima.
Y después que llegó,
Paladón y parrandero, vosotros amigos.
No se siente más ni menos.
Dicen que el dinero se hizo para gastar.
Al fin cuando muera nada va a llevar.
Que traigan la banda, me quiero empezar con quesito arriba.
Que quiero pestear.
Y así vamos con papá, con Redondo.
Ahí quedó, compadre.