Se mueve, mueve, cuando llueve, llueve de esta agua.
Bebe, sácalo que te duele tu, tu, tu, tu latido.
Son latidos de hormiga levantando los ladrillos.
Tu tambor es retumba con platillo.
Canta por los bosques, salpica con los grillos, la pluma y el puma, la bruma, la rumba, zumba con la cumbia, en la ultratumba, el sur te acompaña con el dulce de la caña, subirás tú la montaña entre maleza y maraña, sube la cima, súbete a la tarima, toma la pala, sube, escala hasta la colina.
El viento cala, respira, exhala.
Si algo ataca a tú, tú mantén la calma en mí.
Míralo, siéntelo por el suelo.
Transpira, respira el cielo.
¡Vámonos!
¡Niña!
Camina mi niña por aquí, que el fuego encendí, frutas recogí solo para ti.
Tira de la cuerda, viene una tormenta, viene pa' limpiar al hombre con su metralleta.
Tú lleva el polen de flores de primavera, que nutre la tierra, alimenta la sierra, habla con el viento, cuando pierda fuerza, sube a paso firme hacia la cordillera, tanta gente escapando en patera, porque algunos se enamoraron de guerra, disparando muerte, pero las ideas se plantan, se alzan, levantan, se cantan y bailan, por eso las matan.
Las vidas les da miedo.
Y tú llevas fuego que late con tus dedos.
Tienes los ojos de tu abuela que tú portas poderosos.
Somos rocas, calvorotas, brotas.
¡Niña!
Adelante y para arriba, vamos niña, vamos allá.
Toma el puente, cruza el río que esta agua te dará.
La lluvia, la brisa, la vida, mi niña.
No pierdas.
La risa, mi niña, mi niña.
¡Niña!
¡Viva!
¡Viva!
No.
¡Ah!