¡Gracias!
¡Gracias!
¡Joder!
¡Manda!
El barrio se me ha vuelto loco.
Barrio.
Como una roderera.
Ay, no.
El barrio se me ha vuelto loco.
Porco quiero explotadera, que clase loco, ni tampoco quiero un abogado, no me digas nada, porco se como una corredera, ay no, el barrio se me ha vuelto loco.
Así empezó esta leyenda mima, el barrio se volvió loco por esa medicina que vendía.
Nadie sabía de dónde venía, pero a todos les fascinaba el efecto que producía.
Te envolvía y te llenaba de energía.
La adrenalina te salía por los pies.
Y le tenías que mover con cuidado.
Porque bailando se le partió a muchos el cuello al revés.
Dicen que primero que la aprobó, empezó a dar vueltas como un manecilla de reloj.
Se le pintó los ojos de rojo y del balcón de su casa se lanzó.
Todos fueron a su entierro y cuando lo creían muerto, de la caja el tipo resucitó.
Y fue cuando descubrieron que esa medicina no era del diablo, era de Dios
¡Suscríbete!
Como una proguerera.
Ay, no.
El barrio se me ha vuelto loco.
¡Suscríbete al canal!
Oye me, oye me, oye me.
Movilízate de urgencia que el tipo que estaban velando en la iglesia que todo el mundo creyó que era fiambre se ha levantado más recalentado que un hot dog.
Ha causado tanto ruido que hasta la policía ha ido a decomisar al atrevido que ha vendido producto ilegal clandestino que ha puesto al barrio a gozar.
Llegaron un montón de patrullas formando huellas Registrando con el barrio con una carta de la ley
Y no se dieron cuenta que el tipo que vendía la medicina se tiró.
Don't wait, todos lo vieron bien, la guardia entró a la casa y tapó el albate.
El bárbaro que adentro solo preparaba notas musicales que vendía dentro de un CD.
No quiero explotar, era.
Qué clase de loco.
Ni tampoco quiero un tapón.
No me digas nada.
Como una trocerera.
Ay, no.
En barrio se me ha vuelto loco.
¡Suscríbete al canal!
Como la morerera.
Ay, no.
El barrio se me ha vuelto loco.
Joder.
¡Romeo!
Por ahí vaya.
No quiero explotar.
Que canse loco.
Ni tampoco quiero un capo.
No me digas nada.
Como una mujerera.
Ay, yo.
El barrio se me ha vuelto loco.
¡Oh!
¡Suscríbete!
Como la podretera, ay no, el barro se me ha vuelto loco.
El barro se me ha vuelto limo.