Llevo mucho andado, y sé que
aún me queda más trecho.
Pero es complicado hacerlo
cuando estás maltrecho.
Ya se ha desbordado lo
que guardaba en el pecho.
Y por más que lo he gritado,
no he quedado satisfecho.
Cientos de tropiezos que
no han sido por capricho.
Siendo los comienzos de algo
que ahora ya es un hecho.
Siento como el tiempo me ha
ido empujando hacia el nicho.
Y no lo ha conseguido por
los huevos que le echo.
Ayer ya toqué fondo,
ahora no tengo techo,
No van a detenerme si
he volado ya, lo dicho.
Ya espanté a fantasmas
que esperaban al acecho,
cosechando con guadañas
la hazaña del susodicho.
Sé que esta es la mía y con
paciencia lo aprovecho.
Ya escribí mil temas sin
conciencia y por despecho.
Y eso no ha llevado a nada,
y ya he llorado mucho.
Y aprendí, que por quien no
da por mí, yo ya no lucho.
¿Cuántas veces he mirado roto mi reloj?
¿Cuántas veces he e trañado
aquello que voló?
¿Cuántas veces he sangrado
por el mismo error?
¿Cuántas veces me he creído
que no habría dolor?
¿Cuántas veces he callado
a gritos mi temor?
¿Cuántas veces he
querido dejar de ser yo?
¿Cuántas veces he dormido
junto a mi rencor?
Yo no sé seguir viviendo bajo presión.
Pasan las horas y el tiempo va lento,
espera un momento. Suena violento.
Pero no pienso callar toda la
p a m a que llevo por dentro.
No me detengo ni a contra viento. Voy
contra todo y me encuentro contento.
Este es mi puesto, yo lo demuestro. Voy
a gritarlo aunque falte el aliento.
¿Quién te ha visto y quién te
ve? Me dicen los que me conocen.
Si has estado en malas, te
quedas. Si no, fuera entonces.
Yo no necesito falsos hombros a mi lado.
Si al final resultan ser un
""hasta luego"" camuflado.
Aprendí a base de palos.
Si me fallas, es tu culpa.
Si me fallas otra más, no
volverás a verme nunca.
¿Normalmente te sale?
Conmigo no, no te confundas.
Si la cagas una vez, yo
no permito una segunda.
Ya he llorado demasiado
por gente que fue mentira.
Que te abrazan cuando ríes,
y cuando estás mal se giran.
Cuando les necesité, no
se presentó ninguno.
Les pedí que me salvaran,
y les ví salvar su culo.
¿Cuántas veces he mirado roto mi reloj?
¿Cuántas veces he e trañado
aquello que voló?
¿Cuántas veces he sangrado
por el mismo error?
¿Cuántas veces me he creído
que no habría dolor?
¿Cuántas veces he callado
a gritos mi temor?
¿Cuántas veces he
querido dejar de ser yo?
¿Cuántas veces he dormido
junto a mi rencor?
Yo no sé seguir viviendo bajo presión.