¿Qué onda acabas de hacer hoy?
Nada, ¿a dónde me vas a invitar o qué?
Pues a ver a dónde, pero hay que vernos, ¿no?
Claro, está bien.
Saliendo de la esquina, te mando un whatsapp.
Mándame un mensaje por la noche,
mismo lugar, la misma hora,
y al mismo coche, tú y yo
ya sabemos
lo que vamos a hacer.
Aunque tú prometas
no portarte mal.
No hay sospecha,
me dice que la tengo satisfecha.
Mi mano en su cintura
y en mi cuello su derecha.
La tomó por sorpresa.
Palabras prohibidas
se acercaron a la mesa.
Ella lo sabe bien,
lo que va a suceder.
Si su mirada me lo dice,
te quiero tener.
Después se acerca
y toma el celular.
Lo apaga, lo mete a su bolso
y le empiezo a cantar.
Dile que me tienes a mí,
también a dónde vamos
cuando busco a ti.
Que no te arrepientes
de lo que hicimos hoy.
Que te sientas mejor con lo que
yo te doy.
Dile que me tienes a mí,
también a dónde vamos
cuando busco a ti.
Que no te arrepientes
de lo que hicimos hoy.
Que te sientas mejor
con lo que yo te doy.
Yo tengo aquí mi espacio,
tú dale más espacio.
Me llama por las tardes
cuando sale del gimnasio.
Yo no te la hago de emoción,
pero te dije que esta conexión
iba a causar una explosión
de placeres.
Estamos mal, pero no puedes
evitar mi presencia
y probar de esas mieles
tú prefieres.
Estar en lo prohibido
porque sé que es muy difícil,
porque es muy tentativo.
Ella no sabe bien
lo que va a suceder.
Si su mirada me lo dice, te quiero
tener. Después se acerca
y toma el celular.
Lo apaga, lo mete a su
bolso y le empiezo a cantar.
Dile que me tienes
a mí, también a dónde
vamos cuando busco a ti.
Que no te arrepientes
de lo que hicimos hoy.
Que te sientas mejor con
lo que yo te doy.
Dile que me
tienes a mí, también
a dónde vamos cuando busco
a ti. Que no te
arrepientes de lo que hicimos hoy.
Que te sientas mejor
con lo que yo te doy.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.
Tú ve y dile.