Oye, Hechos y hay una historia la cual lanza una promesa.
Que yo la hago mía Y espero que tú la hagas tuya Así que no lo cambies
Lo que te queda es creerle a Él.
Bambi.
Pablo y Silas se encontraban presos, pero estaban conscientes que era un proceso el cual tenían que pasar.
Para luego la promesa poder declarar.
Comenzaron a cantar, comenzaron a exaltar.
Y todos los presos lo tenían que escuchar de repente.
Algo extraño pasaba, era un terremoto que los azotaba.
Las paredes de la cárcel se destrozaban y en libertad ellos se quedaban.
El carcelero viendo lo que sucedía.
Quería terminar para siempre con su vida.
Pero escucha bien qué es lo que pasa.
Para que seas salvo tú y tu casa Por ahí viene el coro, vamos a declarar Que mi casa y yo a Dios vamos a adorar Yo y mi casa adoraremos a papá
Yo y mi casa serviremos a Jehová.
Yo y mi casa adoraremos a papá.
Yo y mi casa.
Yo y mi casa.
Yo y mi casa adoraremos a papá.
Yo en mi casa serviremos a Jehová.
Yo en mi casa adoraremos a papá.
Yo y mi casa.
Yo y mi casa.
Si en tu casa todavía no han venido todos.
No te preocupes, mi hermano.
Ya cantaste el coro.
Comienza hoy a declarar.
que todos en tu casa van a adorar, al soberano, al poderoso, al que cumple su promesa, pues no es mentiroso, pues no es hijo de hombre, para que se arrepienta, ni hombre.
Para que te mientas, lo que te queda es creerle a Él y por tu familia comenzar a interceder, porque esa promesa la tendrás que ver, de que todos los tuyos le adoren a Él.
¿Viste?
Una canción en la cual declaramos que toda nuestra familia
Les servirá Rey de Reyes y Señor de Señores.
Lo único que te queda...
Es orar por tu familia y esta promesa la verás cumplida.
Y cuando la veas cumplida, abre tu boca y da testimonio de lo que Dios está haciendo.
con tu vida y de que Él cumple las promesas.
Bambi.