Él era feliz sin dudar
Alegre y nunca le faltaban las ganas de jugar, su dueño
Pedía mucha atención
Pasaban horas cada día de pura diversión, riendo
Eran los mejores los dos
Entretenidos gracias a su gran imaginación y un día
Todo de golpe terminó
Pues aquel juego inocente se salió de control, entonces
Su dueño fue enviado a un reformatorio
Y Laughing se quedó olvidado en un dormitorio
Los años pasarían y sus alegres colores
Se opacaron en desesperanza, miedos y dolores
Un color grisáceo y la mirada fría
Que graficaba todo el odio que en el se escondía
Sin esperarlo llegaría el día
En el que Isaac regresaría y así todo cambiaría
Se quedó olvidado sin ninguna compasión
Lo cambió esa caja que sería su prisión
Esperó cada día por su amada libertad
Y ahora no pidan que les tengan piedad
Isaac volvió pero había algo diferente
Sus ojos no mostraban emoción latente
Ignoró a Jack pues ni siquiera se acordaba
De su amigo que por años encerrado lo esperaba
Decepcionado Jack seguiría olvidado
Pues fue dejado de lado sin ninguna compasión
Vio a su dueño cambiado, irascible y perturbado
Con su semblante malvado y odio en su corazón
Enfadado golpearía fuertemente a un amigo
Que chocó contra la estantería y quedaría abatido
Jack reía al ver lo divertido del sádico juego
Isaac no se mostró arrepentido y cortaría luego
Con la carne de su víctima y fabricó una silla
Con su piel, su cráneo y cada una de sus costillas
Su mente fue pidiendo más de aquel dulce placer
Y comenzaría a matar de una forma cruel
Se quedó olvidado sin ninguna compasión
Lo cambió esa caja que sería su prisión
Esperó cada día por su amada libertad
Y ahora no pidan que les tengan piedad
En la sala de torturas, Isaac perdió la cordura
Totalmente envuelto en una aura sádica y oscura
Mas no se dio cuenta que botó la caja de Jack
Y el espectro al fin quedaría en libertad
Quería jugar igual, aquel juego mortal
Entonces le cortó la lengua a Isaac sin piedad
Clavó sus párpados y le arrancó todos los intestinos
Causando que se desangre y sentenciado su destino
Se quedó olvidado sin ninguna compasión
Lo cambió esa caja que sería su prisión
Esperó cada día por su amada libertad
Y ahora no pidan que les tengan piedad